A flor de istmos II

Amar eróticamente – ir más allá del principio de placer a través del precipicio de tus senos contra las protuberancias vaginales, placentariamente.

Ser musical, ser vital: vivir saltando entre sonidos para hallar la concordancia en la melodía (mediodía vital!)

El dolor y el sufrimiento interesan sólo como contrapunto novelístico al final feliz que nos provoca un gozo peripatético.

La fiesta es la expresión del feliz gozo peripatético – el final feliz y el final festivo, son completamente distintos.

Me gusta ser cristiano Jesusítica donde Jesús siempre se presenta como el hermano menor que nos guía porque anhela ser nosotros (imitativamente) y nos descubre como ser Él (es decir, los otros) a través del agapimú.

Escucho tanto como desconozco – y mira que desconozco la totalidad del espacio, por eso permanezco atento a su sonido (teoría de la relatividad restringida)

España siempre suena a fusil en desuso que dispara con la sutiliza del sofista, un resentido histórico/histriónico.

No soy sino el árbol que algún día mis hijos talarán para construir su morada.

La vida me abstiene de morir (momentáneamente) y me sostiene en su abismo vital (eternamente) – por eso todo mi conocimiento es correlativo.

Dice Juanramón “sólo mi frente y el cielo” y creo que lo comprendo – solo el ánimus junto al ánima, ¡amorosamente!

Como en la longitud racional no encuentro la Verdad busco en la brevedad espontánea un sentido: aforismo.

A la patria que exige abnegación (Franco, Zapatero) y a la matria que es disyuntiva con la muerte (nacionalismo) propongo la fatría jesusítica: el hermano menor nos guía a lo otro para ser nos y otros, ¡nosotros! (la España que está por hacer, la cuarta España)

Ni con las víctimas ni con el verdugo: pues el verdugo es víctima en cuanto se compadece por su soledad  (Berlanga dixit) y la víctima es verdugo en cuanto que nos exige la piedad; eso sí, no comprendo ni quiero al verdugo y siento el dolor de la víctima en mi propia carne.

Yo quiero ser a la vez en el monte y en el mar; en el monte porque al andarlo mi inhiere; el mar porque al penetrarlo, me placenta. Inherencia placentera, la vida en su desenvolvimiento, es la que me gustaría gozar.

                                                    

Las alternativas del corazón no son alternancias de poder; las alternativas al poder no son alternancias del corazón – la vida no es poder, es latido.

Mi rebeldía tiene que ver con la muerte excesivamente prematura de mi abuelo – por eso mi rebeldía es eterna pero sólo contra aquel instante al que me llevó un tren. Mi rebeldía es contra la eternidad de los instantes y no se cura con filosofía.

La explicación se dirige a la ley y en cuanto la tengas todo lo sabes pero debes aquietarte como la misma explicación, la ley (la ciencia es el ataúd de la fluencia)

La comprensión dice búsqueda, obliga a salir de uno y caminar montes y penetrar mares – es la vida en su fluencia primigenia.

Para comprender no se precisa de ninguna explicación; tras la explicación no se oculta ninguna comprensión. Comprender sin explicar, explicar sin comprender – el hombre es la búsqueda de sentido.

Me gusta el otoño: el “hongar” de la vida que nos permite “setear".

En río revuelto no te bañes ni una sola vez, a no ser que lleves puesto  un pensamiento revuelto (¡alejaros de este idealismo parmenídeo!)

La vida consiste en rendir a los a los demás con tu amor impropio, es decir, con el amor de los otros, a los otros.

Vivo de cuantos me quieren y de-xisto de cuantos me odian.

El allende no es mío, porque el allende es salvador; y yo no necesito que me salven – soy “salvado” que enriquece la harina de cualquier costal: éste es mi pecado.

El ron se fabrica en el Caribe; el Rin es un río que fluye por Alemania; el ram se estropea en mi ordenador más kurosawa; el rem vigila nis sueños; y el run-run lo hallarás en España, donde todo se habla al viento de los demás, que lo esparcen como el que siembra sentencias de muerte.

Es – paña, es decir, siempre se encuentra empañada de envidia vidriada, en la figura de un ángel exterminador (homenaje a Luis Buñuel)